SEPTIEMBRE
¿Te imaginas un mundo sin calendarios, sin relojes, en el que no sabes qué hora es? Pues el mundo antiguo era así, aunque sí se tenía noción del tiempo. Nuestros antepasados eran muy observadores de los cambios en la naturaleza: Observar el cielo, los niveles de los ríos, el comportamiento de los animales, todo les ayudaba. Con esta información podían saber, por ejemplo, si ya era el momento apropiado para sembrar o si se aproximaba una temporada con muchas lluvias o una época de sequía. Y conocer esto era muy importante para poder organizar sus actividades y mantener el ciclo de vida. Uno de los observatorios astronómicos del mundo antiguo más importantes es Chankillo, en el valle de Casma, en la costa norcentral.
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Foto: www.patrimoniomundial.cultura.pe
La observación de los movimientos del sol, de la luna y de las estrellas le dio información muy importante a las sociedades del pasado para determinar cuándo se producían los cambios de estación. Pero esa información sigue siendo fundamental en la actualidad, así sabemos el momento en el que se producen los solsticios y los equinoccios. Los equinoccios se producen dos veces al año: en marzo y en septiembre, y marcan el momento en que el día y la noche duran lo mismo. Lo interesante es que no siempre cae el mismo día y por eso necesitamos seguir observando a los astros. En el Hemisferio Sur, en septiembre, se produce el equinoccio de primavera, y es cuando el clima empieza a ser más cálido. Por esto, tal como habíamos visto al hablar de la Pachamama, se inicia la preparación para la siembra y se empieza a esperar la llegada de las lluvias. En el siguiente video, puedes aprender más sobre los equinoccios y los solsticios
Imagen: Canal de Youtube del Senamhi.
¿Qué sucedía en el pasado en el altiplano con respecto a la medición de los cambios de estación? En la cuenca del lago Titicaca no hay algo parecido a lo que vimos con Chankillo pero eso no significa que no se haya manejado el tiempo o que no haya habido un conocimiento de este tipo. Es muy probable que se hayan utilizado lugares específicos de la geografía (por ejemplo, la cima de un cerro) para estudiar los movimientos del sol. Y también se debe haber analizado el movimiento de las estrellas y la luna a través de su reflejo en cuerpos de agua (como lagos y lagunas).
Pero los cambios de estación o eventos especiales con respecto al clima no siempre se observan viendo el firmamento. La naturaleza se manifiesta de diferentes formas y es visible para cualquier persona, por ejemplo, al iniciarse la época húmeda (la época más fértil del año), los sapos y las arañas aparecen con más intensidad o ciertos peces empiezan a desovar. Toda esa información es producto de la observación del entorno natural y que fue transmitido de generación en generación. Por eso es que en la iconografía Pukara, encontramos estos animales asociados a la fertilidad, como sapos, peces y felinos; pero también estrellas y rayos. Esto lo vemos tanto en textiles como en cerámica pero especialmente en monolitos y estelas ya que la piedra perdura más.
El Ministerio de Cultura ha habilitado una visita virtual al Museo Lítico Pukara, donde se pueden ver varias estelas y monolitos:
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Como esta pieza donde se ve un pez mauri o un pez suche y un sapo junto a lo que puede ser un huevo del pez o una laguna.
Imagen: https://visitavirtual.cultura.pe/recorridos/MLP/museo-litico-pukara/index.html
En otros museos del Perú también podemos encontrar estelas Pukara como la siguiente, que está en el Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia donde se pueden ver sapos y otros elementos figurativos importantes en la cosmovisión andina como los escalonados y las chakanas.
Imagen: https://mnaahp.cultura.pe/colecciones/material-litico
